Los mutilados - Ginés S. Cutillas


Al quedarse enfrentados los dos soldados pensaron que se encontraban delante de un espejo. Si a uno le faltaba la pierna izquierda, al otro le faltaba la derecha, y con los brazos sucedía tres cuartos de lo mismo pero del lado contrario, cosa que les venía bien para poder mantener el equilibrio con las ya familiares muletas. En cuanto a los ojos, a ambos les faltaba uno, queriendo la casualidad que fueran del mismo color miel los que resistían en sus cuencas.
Bien pensado, no era ninguna locura sellar aquel pacto en el hospital de campaña: si uno de los dos moría, donaría el cuerpo a su hermano de armas para que, mediante las operaciones oportunas, reconstruyeran a un hombre completo, sin mermas con las que presentarse delante de la enfermera de la que ambos se habían enamorado de una manera irracional.
Desde entonces, no volvieron a conciliar el sueño. Siempre alertas, siempre temerosos de las intenciones de su otra valiosa y necesaria mitad.


Ginés S. Cutillas
Escritor español 
Página Enciclopedia Wikipedia ACÁ








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